cuatrosantos

4º Domingo de Pascua (B) (21 abril 2024)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

buen pastor

Jn 10: 11-18

“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. El asalariado, el que no es pastor y al que no le pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye -y el lobo las arrebata y las dispersa-, porque es asalariado y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, conozco las mías y las mías me conocen. Como el Padre me conoce a mí, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente. Tengo potestad para darla y tengo potestad para recuperarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre”.

Jesucristo instituyó pastores (Iglesia docente) y ovejas (Iglesia discente) en la Iglesia fundada por Él. Esta estructura no se puede cambiar, pues así lo determinó Él. Los pastores son también parte del rebaño, pero su misión es distinta. Un rebaño necesita de un pastor para que las ovejas no se descarríen. Cuando el pastor no ejerce sus funciones entonces se produce el caos entre las ovejas. Del hecho de que el pastor sea bueno o malo depende que muchos se salven o se condenen.

El Señor nos habla también en esta alegoría de cuáles han de ser las cualidades del buen pastor. Estas no han de ser otras que las mismas que tiene el Buen Pastor, Jesucristo. El pastor ha de actuar, pensar y vivir como Jesucristo.

Cuentos con moraleja: "El hilo de la vida"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

tela de araña

Las arañas desde que nacen, tienen que valerse por sí mismas y buscarse la vida. Uno de los primeros medios de desplazamiento que tienen, además de ir andando de un lugar a otro, es el de soltar un hilo de seda que segregan en su abdomen; y así, colgadas por el hilo y movidas por el viento, van “volando” de un lugar a otro.

Pues bien, el cuento de hoy va sobre una araña recién nacida que, movida por un fuerte viento, fue a parar a un bosque lejano y el hilito que pendía de su abdomen se enredó en la copa de un árbol muy alto. Como estaba anocheciendo, se acurrucó debajo de la hoja de una rama y allí pasó la noche.

Por fin se hizo de día. Los primeros rayos de sol iluminaron todo el bosque. Nuestra arañita, después de estirar las ocho patas y hacer unos pequeños ejercicios gimnásticos, pensó que era ya hora de tomarse un suculento desayuno. Como se encontraba en lo alto del árbol, comenzó a descender emitiendo un largo hilo de seda; y así, en pocos segundos, llegó al suelo. Ató el hilo del que iba colgada al pie del árbol, y comenzó a tejer una trampa para cazar algún insecto despistado.

Tiró un hilo hasta un arbusto cercano uniéndolo al que había utilizado para bajar; después otro, entrecruzándolo hasta una roca, y después otro más hasta unas raíces cercanas. Hecho el marco de lo que comenzaba a ser su tela de araña, tiró otros hilos empezando desde el centro, como si fueran los radios de una rueda de bicicleta. Y después, dando vueltas y vueltas en espiral fue tejiendo una finísima y preciosa telaraña. Una vez terminada su trampa, fue corriendo a esconderse.

La auténtica "paternidad responsable"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

familiacristiana

El concepto de “paternidad responsable” se ha convertido en un cajón de sastre donde se hacen muy diferentes interpretaciones; unas realmente cristianas, y otras, que se alejan totalmente de nuestra fe.

La idea de la “paternidad responsable” que se puso de moda después del Concilio Vaticano II,  y más concretamente por el papa Juan Pablo II, quedó reducida desde un inicio por el pueblo fiel y por muchos sacerdotes y teólogos al concepto de “no tener más hijos de los que el matrimonio pueda mantener y educar”; olvidando conceptos que también han de estar presentes como: confiar en Dios, paternidad generosa, sacrificio, los hijos como don de Dios, el concepto de la paternidad como co-creador de la vida junto con Dios, castidad matrimonial, educación cristiana y responsable de los hijos, vivencia de la fe en la familia…

Los Frutos del Espíritu Santo

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

frutosES

FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Del Catecismo:
1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Gal 5: 22-23, vg.).

 Los Doce frutos del Espíritu Santo: 

"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley."  (Gal 5:22-23) 

Cuando el Espíritu Santo da sus frutos en el alma, vence las tendencias de la carne.

Cuando el Espíritu opera libremente en el alma, vence la debilidad de la carne y da fruto.

"Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" (Mt 26:41) 

Obras de la carne: Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades, orgías y todos los excesos de esta naturaleza. (Gal 5: 19).