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Los Frutos del Espíritu Santo

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

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FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Del Catecismo:
1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Gal 5: 22-23, vg.).

 Los Doce frutos del Espíritu Santo: 

"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley."  (Gal 5:22-23) 

Cuando el Espíritu Santo da sus frutos en el alma, vence las tendencias de la carne.

Cuando el Espíritu opera libremente en el alma, vence la debilidad de la carne y da fruto.

"Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" (Mt 26:41) 

Obras de la carne: Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades, orgías y todos los excesos de esta naturaleza. (Gal 5: 19).

La auténtica "paternidad responsable"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

familiacristiana

El concepto de “paternidad responsable” se ha convertido en un cajón de sastre donde se hacen muy diferentes interpretaciones; unas realmente cristianas, y otras, que se alejan totalmente de nuestra fe.

La idea de la “paternidad responsable” que se puso de moda después del Concilio Vaticano II,  y más concretamente por el papa Juan Pablo II, quedó reducida desde un inicio por el pueblo fiel y por muchos sacerdotes y teólogos al concepto de “no tener más hijos de los que el matrimonio pueda mantener y educar”; olvidando conceptos que también han de estar presentes como: confiar en Dios, paternidad generosa, sacrificio, los hijos como don de Dios, el concepto de la paternidad como co-creador de la vida junto con Dios, castidad matrimonial, educación cristiana y responsable de los hijos, vivencia de la fe en la familia…

Firmes contra el pecado. Misericordiosos con el pecador.

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

Bramantino

El Señor nos enseña en multitud de ocasiones que tenemos que ser misericordiosos con el pecador arrepentido (la mujer adúltera (Jn 8: 1-11); el hijo pródigo (Lc 15: 11-32); pero también nos enseña que hemos de ser firmes en la lucha contra el pecado (Heb 12:4).

El pecado es siempre algo malo, pues es una desobediencia a Dios y a sus leyes. Es por ello que nunca puede ser aceptado. La lucha contra el pecado ha de ser total y permanente. Aceptar el pecado es ponerse del lado del demonio y en contra de Dios.

Los mandamientos de la ley de Dios presentan los pecados más comunes. San Pablo nos enseña también, a modo de lista, una serie de pecados que nos llevarán a la condenación eterna: “¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los injuriosos, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios”. (1 Cor 6: 9-10)

Hoy día hay una tendencia interesada en mezclar los términos, causar confusión  y difuminar las aristas. Se ha pasado de la idea de tener misericordia del pecador arrepentido a eliminar la malicia del pecado. Si no decimos claramente que robar, matar, cometer actos impuros… son pecados graves, pues son ofensas graves contra las leyes de Dios, no estamos haciendo ningún bien al hombre. Lo único que estamos haciendo es causar más confusión y su condenación eterna. Si no decimos claramente que la conducta homosexual es gravemente pecaminosa; y presentamos la homosexualidad como una "opción" plenamente aceptable, caeremos en la maldición de Sodoma y Gomorra. Una cosa es tener misericordia del pecador arrepentido y otra muy diferente negar la malicia del pecado. Hay que saber mantener un perfecto equilibrio entre tener misericordia del pecador y condenar la malicia del pecado. Parece que más que misericordia con el pecador, lo que hay hoy día es cobardía en denunciar el pecado. Jesús supo mantener un perfecto equilibrio en perdonar al pecador arrepentido: "Yo tampoco te condeno" y al mismo tiempo denunciar la malicia del pecado: "Pero en adelante no peques más".

¿Es el demonio un ser real?

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

  • ¿Es el demonio un ser real?
    • Por supuesto.
    • En el demonio no existe nada de bondad, sino que todo es odio y maldad hacia Dios, hacia los hombres, y en general hacia todo lo creado
    • El demonio nos tienta, pero no todas las tentaciones vienen del demonio. A veces es el mismo hombre el que se pone en la tentación.
  • La tentación:
    • Es una prueba que sufrimos y en la que se nos invita a hacer el mal.
    • La tentación no es pecado. Lo que es pecado es caer en la tentación.
    • También es pecado ponerse voluntariamente en el peligro de la tentación.
  • La posesión diabólica:
    • Puede ser del cuerpo: cuando el demonio se posee de nuestro cuerpo para obrar.
    • Puede ser del alma: cuando nosotros vendemos nuestra alma al demonio para conseguir de él ciertos poderes. 
  • Los exorcismos:
    • Son ciertas oraciones y ritos que un exorcista realiza para expulsar al demonio de nuestro cuerpo.

La Semana Santa

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

semana santa C

Ha terminado la Cuaresma, el tiempo de conversión interior y de penitencia. Ha llegado el momento de conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Después de la entrada triunfal en Jerusalén, ahora nos toca asistir a la institución de la Eucaristía, orar junto al Señor en el Huerto de los Olivos y acompañarle por el doloroso camino que termina en la Cruz.

Durante la Semana Santa, las narraciones de la pasión renuevan los acontecimientos de aquellos días. La Liturgia dedica especial atención a esta semana debido a la importancia que tiene para los cristianos el celebrar el misterio de la Redención de Cristo; quien por su infinita misericordia y amor al hombre, decide libremente tomar nuestro lugar y recibir el castigo merecido por nuestros pecados.

¿Por qué nos ocurren cosas "malas" si Dios nos ama?

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

por que Dios permite el sufrimiento

Hay quienes, ante el sufrimiento de la vida, se rebelan contra Dios y le echan las culpas de todas sus desgracias. Le dicen: ¿Por qué me has hecho esto? Prefiero morir a vivir. Quiero suicidarme, así no vale la pena vivir. Algunos le exigen la salud, como si fuera un derecho adquirido, y dicen: Si no tuviera hijos que cuidar… Si estuviese solo, pero tengo una familia que alimentar y tengo muchos problemas que resolver y muchos planes que realizar. Pareciera que le dicen a Dios que ellos son seres indispensables en el mundo.

Algunos gritan, diciendo: ¿Por qué? Yo soy bueno. ¿Por qué me castigas? Oh Dios, mátame si quieres, pero que no dé pena a los demás, que no haga gastar dinero a mis familiares, que no sea un cacharro inútil para los demás… Y Dios no responde, y calla y perdona y aguanta con paciencia todos los insultos e incomprensiones.

Pero Dios no se divierte ni se lo pasa en grande viéndote sufrir, como si tu dolor y tu enfermedad fueran caprichos de su entretenimiento para los ratos libres. En cambio, se siente muy contento, cuanto ve que tú te perfeccionas a través del dolor, maduras y llegas a ser mejor y más feliz. El que ama y ofrece su dolor, aunque esté en una silla de ruedas será inmensamente feliz.

Ciertamente, Dios nos ama ... y nos ama mucho, muchísimo más de lo que podemos imaginarnos, pues nos ama infinitamente. Pero sucede que a veces creemos que Dios no nos ama, porque no nos ama como nosotros creemos que nos debe amar.

En realidad lo que sucede es que estamos pensando igual que cuando éramos niños y nuestros padres no nos daban todo lo que queríamos. O como cuando nos causaban un dolor necesario para curar una enfermedad: una medicina desagradable, un tratamiento doloroso, etc. ¡Cómo protestábamos y nos oponíamos a esas cosas “malas”, que en realidad eran “buenas”!

¿Por qué ir a Misa los domingos?

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

misa 4Una respuesta para aquellos que desean encontrar el sentido de la Santa Misa, y un estímulo para quienes la Eucaristía es el centro de su vida espiritual.
Este folleto lo puede bajar en formato pdf para imprimir aquí: ¿Por qué ir a Misa los domingos?
Pequeña historia: Una persona que, según ella, siempre iba a Misa escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que no tenía ningún sentido ir a Misa todos los domingos:
“He ido a la Iglesia por 30 años –escribía–, y en ese tiempo he escuchado algo así como unos 3,000 sermones. Pero juro por mi vida, que no puedo recordar ni uno solo de ellos. Por eso pienso que estoy perdiendo mi tiempo y los sacerdotes están perdiendo su tiempo dando sermones.”
Para el deleite del editor, esto empezó una verdadera controversia en la columna de Cartas al Editor. Y así continuó durante varias semanas hasta que alguien escribió esta nota:
“He estado casado por 30 años… Durante ese tiempo mi esposa me ha cocinado unas 32,000 comidas. Pero juro por mi vida, que no puedo recordar el menú entero de todas esas comidas. Pero sé una cosa: Esas comidas me nutrieron y me dieron la fuerza necesaria para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me hubiera dado todas esas comidas, estaría físicamente muerto hoy. Igualmente, estaría espiritualmente muerto hoy si no hubiera ido a la Iglesia para nutrirme.”

Para una buena confesión

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

Según nos dice el Catecismo tradicional para confesarse bien hace falta cumplir cinco requisitos:

1.- Examen de conciencia
2.- Dolor de los pecados
3.- Propósito de enmienda
4.- Decir todos los pecados al confesor
5.- Cumplir la penitencia

Expliquemos brevemente cada uno de los cinco apartados.

1.- Examen de conciencia: Es un análisis que hacemos a la luz de Dios de todos los pecados y faltas que podamos haber cometido desde la última confesión bien hecha. Si acostumbramos a hacer un breve examen de conciencia todas las noches, cuando llegue el momento de la confesión nos será mucho más fácil, pues ya sabremos los pecados que tenemos que confesar.

Presentamos aquí un formulario sencillo para hacer un breve examen de conciencia.

El poder del Agua Bendita

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

Teresa of AvilaSanta Teresa de Ávila, doctora de la Iglesia, tenía una fe profunda en el poder del agua bendita. Ella personalmente la usaba para expulsar al demonio y repeler las tentaciones. “Sé por propia experiencia que no hay nada mejor que el agua bendita para expulsar al demonio de nuestro lado”. 

El agua bendita es uno de los sacramentales más importantes y usados dentro de la Iglesia Católica.

Recordemos que los sacramentales se diferencian claramente de los sacramentos:

  1. .    Los sacramentos producen efecto por su propia virtud (ex opere operato)… los sacramentales, sólo por la devoción del que los recibe (ex opere operantis).
  2. .    Los sacramentos contienen y confieren la gracia habitual santificante… los sacramentales nos alcanzan tan sólo gracias actuales.
  3. .    Sólo Cristo puede instituir e instituyó de hecho los sacramentos… los sacramentales, en cambio, han sido instituidos por la Iglesia.
  4. .    Los sacramentos son necesarios para la salvación… los sacramentales, no.

La Cuaresma: tiempo de conversión

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

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El otro día, leyendo el artículo del Padre Lucas, sobre el miércoles de ceniza, venía a mi cabeza el cómo nos preparaba mi madre para ese gran día que marcaba el principio de la Cuaresma. Para nosotros, no había “entierro de la sardina” o fin del carnaval, lo importante y principal era ir a la Santa Misa y que nos impusieran la ceniza. Nada parecido a lo que sucede actualmente, que da igual el tiempo litúrgico en el que estemos, lo más llamativo que se ve en las Parroquias, por poner un ejemplo, es el paso del adviento a la Navidad, con una corona con cuatro velas, marcando una por domingo, como en el colegio, cuando nos enseñaban a sumar: Comunidad Parroquial adulta

Cuando llega la Cuaresma, nada que nos recuerde o nos invite a vivir este tiempo como una conversión. Lejos quedan aquellas recomendaciones u obligaciones de nuestros progenitores y de nuestros Párrocos, de no ir al cine, de respetar el ayuno y la abstinencia, de no escuchar música frívola, ausencia de televisión, etc… Parece que en vez de 20 años, hayan pasado 20 siglos. Todas estas delicadezas, causan hasta hilaridad en estos tiempos y lo más lamentable, es que es dentro de nuestra Iglesia, donde se reniega de todas estas pequeñas cosas, que tanto acercan nuestra alma a Dios. 

Lo máximo que hay en las Parroquias, en tiempo de cuaresma es el Sacramento de la Confesión, en plan partido de fútbol gratuito. Se congrega un día determinado a toda la comunidad para que una vez escuchada una lectura, la gente pase por el altar, como quien pasa por la taquilla a comprar una entrada, en este caso, a recibir la absolución de los pecados. Esto es lo que se promociona en Cuaresma, los más atrevidos, incluso,  con absolución comunitaria, a la vista de cualquier Obispo, que prefieren mirar para otro lado.

Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Teología y Catecismo.

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La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."

He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

2. Pondré paz en sus familias.

3. Les consolaré en sus penas.