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Domingo de la Santísima Trinidad (C) (15 junio 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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Definimos el Misterio de la Santísima Trinidad como nuestra fe en la existencia de un solo Dios en tres Divinas Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. 

Dios nos reveló en qué consistía el misterio, pero no el misterio en sí mismo. En otras palabras, sabemos que hay un solo Dios en tres Personas, pero no entendemos cómo eso puede ser posible. Es por esa razón que le seguimos llamando “misterio”. Tendremos que esperar al cielo para conocer algo más sobre ese misterio de la Santísima Trinidad.

La teología es la ciencia que trata de profundizar y explicar (hasta donde se puede) las verdades de nuestra fe. Es por ello que la teología se preocupa de “explicarnos” o dar un poco de luz al contenido de este misterio trinitario.

Solemnidad de Pentecostés (C) (8 junio 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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Celebramos hoy la Solemnidad de Pentecostés.

Cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo, y diez días después de su Ascensión, Jesús, como había prometido, nos mandó su Espíritu para que se hiciera realidad en nosotros la nueva vida que Él nos había conseguido a través de su muerte y resurrección

En aquel tiempo fueron los apóstoles y la Virgen María quienes, reunidos en el Cenáculo, recibieron el Espíritu Santo.  Ahora, somos nosotros quienes le recibimos a través de los sacramentos.

Con el Espíritu Santo recibimos una nueva vida, la vida sobrenatural, que nos hace hijos de Dios por adopción, receptores de sus dones y frutos (Gal 5:22-23). El Espíritu Santo es para nuestras almas lo que el corazón es para nuestro cuerpo. Sin corazón no podemos vivir; pues sin el Espíritu Santo en nosotros estamos “espiritualmente muertos”. Por la gracia santificante que nos da el Espíritu somos hechos hijos de Dios; y como hijos, herederos del premio eterno del cielo.

Solemnidad de la Ascensión del Señor (C) (1 junio 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.


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Celebramos hoy la Solemnidad de la Ascensión de Jesucristo a los cielos.

Como nos cuenta San Lucas primero en su Evangelio y luego en los Hechos de los Apóstoles, Jesucristo, una vez concluida su estancia en la tierra ascendió a los cielos donde está sentado a la derecha del Padre. Se fue pero no nos ha dejado solos. A Él siempre lo tendremos realmente presente en la Eucaristía. Nos ha dejado también sus enseñanzas, su ejemplo… y sólo nos queda esperar al Espíritu Santo para recibir la fuerza de lo alto y así poder ser sus testigos hasta los confines de la tierra.

Hoy es una fiesta alegre y triste. Alegre porque Jesucristo ha vuelto cerca del Padre, y allí nos va a preparar un lugar; pero también triste porque nos hemos quedado sin su presencia física. Ahora, para ver a Jesucristo tendremos que usar los ojos de la fe. Verle sigue siendo posible; aunque sólo para los limpios de corazón: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt 5: 8). Siempre me ha llenado de alegría que Jesucristo subiera a la gloria del Padre, pero pienso también que esta tristeza peculiar del día de la Ascensión, es una muestra del amor que sentimos por Él. ¿Cómo no echarlo en falta?

Domingo VI de Pascua (C) (25 mayo 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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(Evangelio de San Juan 14: 23-29) 

El evangelio de hoy nos sitúa en las palabras de despedida que Cristo proclamó durante la noche de la Última Cena. Ya había instituido la Eucaristía y el Sacerdocio. Nos había dado también el Mandamiento Nuevo. Ahora nos recuerda lo importante que es amarle a Él de verdad.

El que me ame: guardará mis palabras; será templo de Dios; recibirá el Espíritu Santo para enseñarle y recordarle todo lo que yo os he dicho; recibirá mi paz; nunca se perturbará o tendrá miedo, siempre estará alegre…

Cada una de estas frases es digna de ser meditada por separado y largamente.

“Guardar sus palabras”: como María, que conservaba todo en su corazón (Lc 2:51). Significa vivir de acuerdo a sus enseñanzas y mandatos. Seguir su voluntad en todo (Mt 6:9). Es condición previa para poder ser amado por Dios y recibir al Espíritu Santo (Jn 14:23; Rom 5:5)

“Ser templos de Dios”: es consecuencia de haber guardado sus palabras. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” (1 Cor 3:16). Si Dios habita en nosotros a través de su gracia, ¡cuánto cuidado hemos de tener de ese templo que somos nosotros!

Domingo V de Pascua (C) (18 mayo 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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El evangelio de hoy nos sitúa en el día de Jueves Santo durante la Última Cena que el Señor celebró con sus discípulos. Él sabía muy bien lo que iba a empezar minutos después. Judas ya había consumado la traición en su corazón. Con Jesús estaban sólo los Once.

En estos momentos de despedida de sus discípulos, Jesús concentra sus últimas enseñanzas y gestos. Es exactamente lo mismo que un padre o una madre de familia hacen cuando se dan cuenta de que sus días ya se acaban. Reúnen a todos sus hijos, hacen entrega de sus objetos más queridos y les dan las últimas recomendaciones.

Fue en ese momento cuando instituyó la Eucaristía (“Tomad y comed todos de él porque esto es mi Cuerpo…”) y el sacramento del Orden (“Haced esto en memoria mía”). Es también en ese momento cuando Jesús le da a sus discípulos un mandamiento nuevo: “Un mandamiento nuevo os doy. Amaros los unos a los otros como yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los otros”.

El modo de amar al prójimo ha ido evolucionando desde la creación del hombre hasta el día de hoy. Vemos con se nos dice en el Antiguo Testamento: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Es el tiempo del “ojo por ojo y diente por diente”. Es con Moisés y los Diez Mandamientos cuando se nos enseña que hemos de amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos: : “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Ahora, en la Última Cena, es cuando Jesucristo lleva ese mandamiento a su plenitud: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Es con la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones cuando ese mandamiento tiene sentido y posibilidad de obedecerse.

Domingo IV de Pascua (C) (11 mayo 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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(Jn 10: 27-30)

Al Señor le gustaba hablar con sencillez. A base de simples y directas imágenes (parábolas) nos transmitía profundas enseñanzas. Hoy nos dice que Él es el Buen Pastor y nosotros somos sus ovejas.

El mundo actual orgulloso de sí mismo y de sus logros ya no tiene a bien pensar que Dios es su creador y nosotros sus criaturas. Parece como que la soberbia del Pecado Original todavía está en nuestros corazones y no nos gusta que nos digan que somos ovejas del Rebaño de Cristo. El hombre es ciego y loco cuando niega la realidad. Sin embargo, nosotros no podemos pensar de ese modo. Nosotros somos cristianos y tenemos a Cristo como a nuestro Buen Pastor. Él es el que nos cuida, enseña, vigila y libra de las asechanzas del Demonio. Por ello, si nosotros deseamos que Dios cuide de nosotros...

COSAS QUE DEBERÍAMOS HACER:

  • No podemos olvidar que nosotros somos ovejas de su rebaño; no pastores.
  • Tenemos que escuchar su voz. Tenemos que escucharle sólo a Él. No podemos tener dos pastores: Jesús y Satanás.
  • Tenemos que seguirle a Él por los caminos por donde Él nos quiera llevar y comer los pastos que Él nos ofrezca.
  • Nunca separarnos de Él: "¿Quién me podrá separar del amor de Cristo?"

Domingo III de Pascua (C) (4 mayo 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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(San Juan 21: 1-19)

  • Este domingo vemos a los apóstoles que se han ido a pescar al lago de Tiberíades. Han pasado toda la noche pescando, pero no han cogido nada. ¡Cuántas veces se repite en nuestra vida esta misma escena! Trabajamos mucho, pero en muchas ocasiones nuestros esfuerzos son en valde pues no dan fruto.
  • De madrugada un hombre (que era Jesús, aunque ellos no lo sabían), les pregunta desde la orilla si han pescado algo. La respuesta es negativa. El Señor, no importa la hora, siempre está atento por la suerte de todos nuestros trabajos.
  • Entonces este hombre les dice que echen las redes a la derecha de la barca y encontrarán pescado. ¡Qué bueno es escuchar el consejo de los demás. Ellos nos pueden ayudar mucho! En este caso el que daba el consejo era nada menos que Jesús, pero ellos no lo sabían. El Señor nos dice lo que tenemos que hacer; pero somos nosotros los que tenemos que echar las redes.
  • Así lo hacen y la pesca es muy abundante. Cuando seguimos las indicaciones de Jesús nuestra vida siempre da fruto abundante.
  • Es entonces cuando San Juan se da cuenta de que el hombre que estaba en la orilla del lago era Jesús Resucitado. Se lo dice a Pedro y éste, poniéndose la túnica se echa al agua para encontrarse cuanto antes con Jesús. Este encuentro personal con Jesús nos ha de dar ánimos para dejarlo todo y seguirle a Él.

Domingo II de Pascua (C) (27 abril 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

santo tomas

(San Juan 20: 19-31)

"Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del  lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo: -La paz esté con vosotros. Y dicho esto les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. Les repitió: -La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo. Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos. Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron: -¡Hemos visto al Señor! Pero él les respondió: -Si no le veo en las manos la marca de los clavos, y no meto mi dedo en esa marca de los clavos y meto mi mano en el costado, no creeré. A los ocho días, estaban otra vez dentro sus discípulos y Tomás con ellos. Aunque estaban las puertas cerradas, vino Jesús, se presentó en medio y dijo: -La paz esté con vosotros. Después le dijo a Tomás: -Trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Respondió Tomás y le dijo: -¡Señor mío y Dios mío! Jesús contestó: -Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído. Muchos otros signos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este libro. Sin embargo, éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre".

El Señor resucitado se les aparece el día domingo a los Apóstoles. Tomás no estaba con ellos. Los Apóstoles no terminan de creer lo que están viendo, pero se tienen que rendir ante la evidencia: El Cristo que habían visto clavado en la cruz dos días antes, había resucitado.

En ese momento Cristo sopla sobre ellos y les dice: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" . Con ello Jesús les daba a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados.

Explicación del Domingo de Resurrección (20 abril 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.

Nos dice San Pablo: "Aquel que ha resucitado a Jesucristo devolverá asimismo la vida a nuestros cuerpos mortales". No se puede comprender ni explicar la grandeza de las Pascuas cristianas sin evocar la Pascua Judía, que Israel festejaba, y que los judíos festejan todavía, como lo festejaron los hebreos hace tres mil años, la víspera de su partida de Egipto, por orden de Moisés. El mismo Jesús celebró la Pascua todos los años durante su vida terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo de Dios, hasta el último año de su vida, en cuya Pascua tuvo efecto la cena y la institución de la Eucaristía.

Solemnidad del Domingo de Resurrección (20 abril 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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La Pascua celebra la Resurrección de Jesucristo, victorioso sobre la muerte. Su victoria es nuestra victoria. Verdad fundamental de la fe cristiana. Éste es el día que hizo el Señor. La Iglesia se reúne felizmente cansada después de la intensidad de la Vigilia Pascual. El Padre nos recibe en casa, como al hijo pródigo, nos agasaja con un banquete y nos da una túnica nueva.

Según San León Magno, Jesús se apresuró a resucitar cuanto antes porque tenía prisa en consolar a su Madre y a los discípulos.

Hoy comenzamos "los Cincuenta Días de la Pascua," siete semanas más un día–una "semana de semanas" desde ahora hasta la fiesta de Pentecostés. En estos cincuenta días nuestro Señor resucitado nos dirige hacia para andar según un nuevo modo de vida. Nuestro maravilloso Jardinero planta su cruz entre nosotros como nuevo árbol de la vida. Nuestro Buen Pastor nos conduce a los pastos floridos del paraíso.

Domingo de Ramos (13 abril 2025)

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Domingos y Festivos.

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El Domingo de Ramos es el día en el que recordamos la "entrada triunfal" de Jesús en Jerusalén; exactamente una semana antes de su resurrección (Mateo 21:1-11). Unos quinientos años antes, el profeta Zacarías había profetizado: "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna."(Zacarías 9:9). Mateo 21:7-9 registra el cumplimiento de esta profecía: “y trajeron el asno y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Este hecho tuvo lugar el domingo antes de la crucifixión de Jesús.

Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.

Explicación de la Misa del Domingo de Ramos

La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.